jueves, 18 de diciembre de 2008

LUGARES RECÓNDITOS DEL CUERPO




¿Qué es?, ¿Dónde se encuentra?,¿ cómo se está formando?.
No sé que está pasando, me inquieta, esto está aquí dentro. No sé lo que es, pero sea lo que sea se está formando. Cambia de forma, siento que me observa desde dentro. Qué oscuro tiene que estar. Es húmedo, y parece muy pringoso. Conozco mi exterior , pero, ¿ qué hay del interior?.

Desconozco esta imagen, parece un ser extraño, que tiene impaciencia por crearse y salir al exterior. Pero no es humano, ¿será una enfermedad?, se está creando para destruirme?, Puede ser, pero yo no sé que forma puede tener. A lo mejor es mi conciencia. Pero ¿es tan pringosa?. No puede ser por que la conciencia no es matérica , ¿o sí?.


En fín sea lo que sea, yo no lo voy a saber, sólo conozco mi cuerpo exterior, el interior es inquietante, desconocido, quizá por ello sea tan hermoso...

miércoles, 10 de diciembre de 2008

"EL BANQUETE DE PLATÓN"
Comento el libro sin extenderme en detalles. Aunque sí hago un alto en la parte que me interesa para mi proyecto, no literalmente si no que recojo la idea y la hago mía.




Se refiere a " banquete" a El Symposion. La charla entre copas, ritual amistoso. Una cena de intelectuales en Atenas. Tiene como tema e el amor, Eros, y su conversación se distingue por su elevado y elegante tono. Los invitados son personas de refinado ingenio, conversadores de notable habilidad discursiva, contertulios de palabra brillante...


Es en casa de Agataón ,que celebra su victoria en el certamen trágico, donde se propone el tema de las pasiones y la vanidad de algunos. Elogian a Eros en una competición de discursos ordenados en serie.


Siete discursos pues, acerca del amor y sus efectos. La serie de los cinco primeros culmina con las palabras de Sócrates que expone una teoría que no es invención suya, sino la revelación inspirada de la sacerdotisa Diotima de Macitinea, una figura enigmática.


Las intervenciones de los seis comensales se organizan en una especie de competición en, un Agón retórico, en los que cada uno que toma la palabra intenta superar el discurso anterior donde se mezcla el juego y la seriedad.


Es Sócrates el que habla el último y mejor, que ofrece una sólida argumentación filosófica y una seductora perspectiva ética. La novedad platónica es cuestionar y contraponer los diferentes puntos de vista acerca de Eros. Esa diversidad de enfoques refleja la personalidad de cada uno; el retórico Fedro, iniciador de la ronda y árbitro de la conversación ( el padre de la charla); Agatón, menos retórico, autor trágico y anfitrión que precede a Sócrates y sufre la corrección inmediata de éste. Y después está el hábil Pausanias, el médico Erixímaco, buen representante a los hipocrático de su época, y del cómico Aristófanes, aficionado a los mitos ( que es por el que he escogido éste libro, por su mito acerca del hombre, del que hablo más adelante).

La profundidad de la teoría expuesta por Sócrates, por contraste, evidencia la precariedad de los discursos anteriores, busca lo esencial de esa misteriosa realidad del amor.


El primero en hablar es Fedro, diciendo que Eros era un dios admirable y grande entre hombres y dioses, fundamentalmente por su origen, por ser el más antiguo de los dioses, el de mayor dignidad y el más eficaz para ayudar a los hombres, tanto vivos como muertos, ha adquirir virtud y felicidad. En siguiente lugar habla Pausanias distinguiendo entre dos clases de Eros, celeste y vulgar, pero después Erixímaco termina concluyendo su discurso sobre los dos Eros.

Y el que más me interesa por mi circunstancia, es Áristófanes, hablando de diferente manera que los dos últimos;


Tres eran los sexos de los hombres, el masculino y femenino, y el tercero, común a ellos, el andrógino. La figura de éste individuo era esférica, con la espalda y los costados en forma de círculo, cuatro brazos, cuatro piernas, dos rostros en un cuello circular, una cabeza y dos órganos sexuales. El masculino descendiente del Sol, el femenino de la Tierra , y lo que participaba de ambos, de la Luna. Eran muy fuertes y vigorosos y también muy arrogantes. Entonces, Zeus, los divide en dos, para que sean más débiles y más útiles para los dioses al aumentar su número. Apolo les iba dando la vuelta al rostro y a la mitad del cuello en la dirección del corte recogiendo la piel de lo que sobraba a lo que ahora llamamos vientre ( para que al verse el disección fuesen más moderados). Una vez que la naturaleza de éste ser quedó cortada en dos, cada parte echaba de menos a su otra mitad y se reunía con ella. Se abrazaban la una a la otra, anhelando ser una sola naturaleza, y morirían de hambre por no querer hacer nada los unos separados de los otros. Y cuando moría una, y sobrevivía la otra, ésta buscaba otra mitad, y de esta manera perecían. Zeus se compadeció y colocó los genitales de éstos seres en la parte delantera para poder reproducirse (antes los tenían por fuera y engendraban en la tierra), a través de lo masculino y lo femenino, si en el abrazo de esas mitades se encontraban hombre y mujer, mientras si se encontraban hombre con hombre tendrían plenitud de contacto, descansarían prestando atención a sus labores y se ocuparían de las demás cosas de la vida. Y si se tropiezan con su verdadera mitad, sienten un maravilloso impacto de amistad, de afinidad y de amor. La persecución y el anhelo de éste todo recibe el nombre de amor.


Como ya se ha dicho antes, después hacen sus encomios hacia Eros los restantes comensales, y Sócrates, con su sutileza e ironía refuta todos los discursos anteriores, aunque hace alusión a éste en concreto de Aristófanes. Y para terminar el libro llega Alcibíades, que es un bello joven que se sienta a beber con ellos. Finalmente , concluye el libro con el discurso de Alcibíades sobre Eros a través de su historia personal con Sócrates, tanto alabando su sabiduría y persona, como criticando el desamor que este sufrió por Sócrates.


El libro no es nada extenso aunque el tono con el que se habla es filosófico, que es lo que le hace interesante, y hace pensar en cosas que nunca te paras a recapacitar.




FIN